Partidos y coaliciones: cotos familiares

Ya es común que los partidos opositores al PRI, siempre lo hayan  demeritado al señalar la ronda generacional que ahí se ha dado. De abuelos a padres y de éstos a hijos. Los últimos son los Juniors del poder. Sin embargo, esa tendencia se advierte en los llamados partidos de izquierda, cuyos actores se han mostrado más voraces para acaparar candidaturas de elección popular, que sus soterrados adversarios del tricolor. El chapulín de la política oaxaqueña, a donde se avecindó bajo la tutela de GABINO CUÉ, a quien después le mordió la mano, BENJAMÍN ROBLES MONTOYA, ejemplifica in extenso, la tendencia de hacer de partidos morralla –que sólo conservan el registro cuando van coaligados- cotos familiares.

Perfilado ya como propietario del Partido del Trabajo (PT), que maneja a su arbitrio, en este proceso impuso a su esposa, MARIBEL MARTÍNEZ RUIZ, como Coordinadora de la campaña de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, candidato a la presidencia de la República, por la coalición “Juntos Haremos Historia”, que conforman los partidos: MORENA, PT y Partido Encuentro Social (PES), lo cual le allana el camino a la diputación por la vía de la representación proporcional. Pero “The Dirty Face” no queda fuera: será candidato por MORENA en el distrito 08, con cabecera en la capital oaxaqueña. No conforme con ello, maniobró con esa perversidad y negrura que lo caracteriza para que su hijo, LUIS ALONSO ROBLES VILLALOBOS, sea candidatura plurinominal por el PES. Es decir, ha metido las manos en los tres partidos.

Por si ello no fuera suficiente, también quiere hacer diputado federal a su ex vocero: CÉSAR MORALES NIÑO, a quien impuso con la anuencia de SALOMÓN JARA CRUZ, coordinador de la campaña de AMLO en Oaxaca y mercachifle de las candidaturas, él mismo aspirante al Senado, por el distrito de Nochixtlán. La pregunta es: ¿cómo es que un extraño, que no es oaxaqueño; que se avecindó en Oaxaca y traicionó a su anterior mecenas, de quien pide hoy casi la horca, se le hayan concedido cuatro posiciones? Hay razón de que haya tanta molestia e inconformidad en las filas de MORENA y el resto de partidos que conforman la coalición que, de no corregirse a tiempo, pueden hacer abortar el triunfalismo del que ya presumen en sus encuestas. Se trata de una visión patrimonialista de los partidos políticos y la abierta segregación de cuadros que han militado en los mismos por mucho tiempo y que, emulando al PRI, son desplazados para cumplir, justamente, la cuota familiar. (JPA)