El canto del Búho 

Onerosa, improductiva y voraz

DE PARADOJAS Y UTOPÍAS
RAÚL NATHÁN PÉREZ

A mi amigo y colega Narciso Reyes:
Por el fallecimiento de su hermana

1).- Rapacidad aldeana

Hablando en plata, temo no ser el único oaxaqueño que tiene una opinión lamentable sobre nuestros (as) flamantes representantes populares en la LXIV Legislatura local. De acomodaticios (as), oportunistas, ignorantes, torpes, come-cuando-hay, rapaces y otros calificativos, no bajan a nuestros (as) representantes populares. Por supuesto que hay excepciones. Pero se cuentan con los dedos. Y hay evidencias para ello. La gran paradoja es que, algunos (as) que ganaron con el efecto “Peje”, no tienen ni remota idea de la tarea legislativa. Una bofetada al sentido común: sin conocer de leyes, las discuten y las aprueban. 

Sin hacer comparaciones ociosas, ésta se perfila como la peor legislatura de la historia. Fiel exponente del abominable “pago por evento”. Además, de la simulación, la voracidad y la improductividad. No hace falta ser un experto –y sin afán peyorativo- para ponderar la capacidad de quienes fungen aún como Presidentes (as) de la Junta de Coordinación Política y Mesa Directiva, Laura Estrada Mauro y César Enrique Morales Niño, respectivamente, para darse cuenta de la “altura” de un poder soberano. Han caminado al tenor de las ambiciones de sus guías morales: Salomón Jara y Benjamín Robles, los titiriteros.

2).- Onerosa e improductiva

Es cierto, el estigma de los gastos excesivos viene de atrás. Al menos de las tres anteriores legislaturas. Se chutaban no menos de 600 millones anuales. Cuando concluyeron su gestión, diputadas de la LXII legislatura se aferraron a no irse, hasta que “les depositaran de Finanzas”. Es decir, exigieron con chantaje una especie de “pago de marcha”. Tenemos al menos tres nombres. Es decir, pagos discrecionales aparte de los embutes. Sin ética alguna ni respeto a los principios de los partidos que a los que pertenecían. El lenguaje era –y es- la lana, cual mercenarios de la voluntad soberana. Con el llamado “pago por evento”, algunos que llegaron con una mano adelante y otra atrás, han salido bien forrados.

La actual legislatura llegó con el discurso –falso, por supuesto- de la austeridad. Ocho diputados (as) de Morena, amenazaron con una ley. Ésta se fue a la congeladora y ahí reposa. Pero en el pecado llevan la penitencia. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), los trae a raya y descubrió que estos pillines (as) se auto-asignaron un presupuesto inicial en 2018, de 397 millones, pero al final se gastaron la nada despreciable suma de 925 millones.

Los oaxaqueños, con toda nuestra pobreza, tuvimos que pagar por cada diputado (a), 22 millones 023 mil pesos. Para 2019, según el IMCO, el presupuesto es de 402 millones 269 mil 855, lo que representa nueve millones 577 mil 854 pesos por diputado (a). El gasto en 2018 fue superior a los recursos que el Gobierno del Estado destinó a 12 universidades en 2019. Aberrante, para la nula productividad de este segmento parasitario.

3).- Jalones y tirones, el pan cotidiano

El hecho de que un grupo de diputados de Morena lograra hace unos meses, que la Comisión de Ética sancionara a los colegas de su mismo partido, y éstos perdieran temporalmente sus derechos político-partidistas, advierte un canibalismo inusual. Otro más que acusó a sus correligionarios ante dicha comisión –Alejandro Bravo López- cuando se ventilaba el voto a favor del préstamo que solicitó el gobernador Alejandro Murat. La bancada asemeja, pues, un barco sin timón y a la deriva. El llamado desesperado de Laura Estrada, coordinadora de la bancada y presidenta de la Jucopo para votar en contra, fue una fórmula amañada de presionar y llevar agua a su molino económico. “Poderoso caballero es don dinero”, dijera el genial F. Quevedo.

Quien se mueve como “Pedro por su casa” dentro y fuera de la bancada de Morena es el coordinador de los diputados del PRI, Alejandro Avilés. Pareciera ser el operador estrella del partido de López Obrador. Nada de iniciativas, pura grilla y posturas convenencieras. El de Tezonapa-Cosolapa es una cobija bastante meada en eso de amarrar navajas o cabildear. Se aprovecha de la novatez e ignorancia de la mayoría de Morena, pues en su propia bancada hay dos o tres que le saben al asunto de la legislación. Traen entre manos el tema de la Reforma Política y otros. Y así camina la LXIV Legislatura, dando tumbos, entre los sobornos, los pagos subrepticios, los ajustes de cuentas y las fracturas. La peor de la historia política oaxaqueña.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— No hemos errado en señalar la ominosa impunidad que se le ha dispensado a Abraham Ramírez, franquicitario del membrete denominado Comité para le Defensa de Derechos Indígenas (Codedi). Un elemento de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), torturado y asesinado; un ex candidato a la presidencia municipal vilmente ultimado, además de dos elementos de la Policía Estatal secuestrados y torturados. ¿Cuántos delitos graves se configuran aquí? Que no nos vengan con la jalada de mesa de diálogo ni de “el sobado rollo de la criminalización de la lucha social”. Los queremos ver en el bote.

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