Opinión 

La pastoral campesina del nuevo arzobispo de Oaxaca

Isidoro YESCAS

Originario de Huisquilco, Jalisco, en donde nació el 16 de septiembre de 1950, y ordenado como sacerdote en 1979 en la Basílica de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, Jalisco, el sucesor de Monseñor José Luis Chávez Botello en el Arzobispado de Oaxaca tiene la difícil tarea de renovar estilos y prácticas pastorales en una entidad  en donde  sus sacerdotes y religiosas, y sectores representativos de la feligresía católica,  vienen demandando desde hace un buen tiempo cambios profundos  y un mayor compromiso con los pobres y los indígenas.

La trayectoria del Vicario, Párroco, Diácono, Canónigo  y ahora Monseñor Pedro Vásquez Villalobos, quien  a partir del  31 de octubre del 2012 pisó tierras oaxaqueñas al  hacerse cargo del  Obispado  de la Diócesis Puerto Escondido, en el estado de Oaxaca, estaría respondiendo a estas inquietudes y reclamos si se toma en cuenta que prácticamente desde el inicio de su carrera sacerdotal ha estado identificado con la Pastoral Campesina promovida por la  Conferencia Episcopal Latinoamericana ( CELAM).

En el denominado Documento de Santo Domingo, de la CELAM, se expresa con mucha claridad en qué consiste esta pastoral que coloca a la tierra como el centro de sus reflexiones y compromisos evangélicos y sociales.

Algunas de las  líneas de esta Pastoral se pueden resumir en los siguientes puntos:

  1. “Promover un cambio de mentalidad sobre el valor de la tierra desde la cosmovisión cristiana, que enlaza con las tradiciones culturales de los sectores pobres y campesinos.
  2. “Apoyar a todas las personas e instituciones que están buscando de parte de los gobiernos, y de quienes poseen los medios de producción, la creación de una justa y humana reforma y política agraria.
  3. “Dar un apoyo solidario a aquellas organizaciones de campesinos e indígenas que luchan, por cauces justos y legítimos, por conservar o readquirir sus tierras.
  4. “Favorecer una reflexión teológica en torno a la problemática de la tierra, haciendo énfasis en la inculturación y en una presencia efectiva de los agentes de pastoral en las comunidades de campesinos”.

 

A partir de lo anterior se puede entender el compromiso público que  como Obispo de la diócesis de Puerto Escondido  asumió monseñor Vásquez Villalobos, acompañado de  sus párrocos, con  los campesinos de la costa chica para oponerse a la construcción de la presa Paso de la Reina por parte de la CFE.

Al salir en defensa de los campesinos indígenas de los municipios en donde se pretendía construir dicha presa, el Obispo fue objeto de una feroz campaña de linchamiento mediático por parte de la CFE que, durante el gobierno de Gabino Cué, buscó por todos los medios iniciar y concluir este proyecto hidroeléctrico sin respetar los derechos agrarios ni los derechos humanos de los campesinos indígenas costeños.

Con estos antecedentes, nuevos vientos, de cambios profundos, como lo viene exigiendo el Papa Francisco,  se pudieran anticipar en la iglesia oaxaqueña con la designación de Monseñor Pedro Vásquez Villalobos como Arzobispo de  Oaxaca . Cambios que ya urgen lo mismo para reformar  las estructuras de poder de la iglesia oaxaqueña y  rescatar y dignificar la vocación sacerdotal , que para reasumir ese compromiso evangélico y social que ha tiempo trazara el querido y añorado Bartolomé Carrasco Briseño.

Twitter: @YescasIsidoro

FaceboocK: IsidoroYescas

Febrero 13 del 2018.

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