Politica de suma cero 

La defección de Samy Gurrión

POLÍTICA DE SUMA CERO

 De carrera política hecha en horno de microondas y de empresario quebrado a cargos de elección popular, el juchiteco SAMUEL GURRIÓN MATÍAS se pinta solo. En muy poco tiempo enseñó el cobre. En 2012 se coló a la diputación federal, cuando el efecto ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, arrasó al PRI en Oaxaca. SAMY había hecho buenas migas con quien era aún el hombre fuerte en el gobierno de GABINO CUÉ: BENJAMÍN ROBLES MONTOYA. Hicieron una alianza cifrada en los negocios y en la construcción. Cuando estaba cerca el desenlace electoral, el actual senador del Partido del Trabajo (PT), conocido desde sus tiempos en Michoacán, como “Cara Sucia” operó a favor de su amigo para que comunidades como Choapam, María Lombardo y del Bajo Mixe, votaran a favor de GURRIÓN. Ahí se lograron los cerca de 600 votos con los que ganó el distrito de Juchitán.

Se asumió coordinador de la bancada del PRI en el Congreso federal. Ahí estableció una relación personal con MANLIO FABIO BELTRONES, a la sazón presidente del CEN del PRI. Y la explotó a placer. Decía que “bajaba” recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para municipios, sí, siempre y cuando le otorgaran la obra a la constructora de su hermano. Con el ardid de haber sido el único diputado oaxaqueño que había ganado en votación de mayoría una elección en la que el PRI perdió diez distritos, se trepó a la liza sucesoria. Y con la bendición de MANLIO FABIO hacía verdaderos festines para cacarear sus informes de gobierno, asumiéndose como el favorito. Pero le falló el tiro. Incluso pretendió a través de sus testaferros comprar espacios periodísticos para golpear a ALEJANDRO MURAT, quien ya estaba más que palomeado para la gubernatura.

Cuando se dio el destape de MURAT HINOJOSA, SAMY pidió de nueva cuenta la bendición de BELTRONES RIVERA. Éste, suplicante, pidió que “le dieran algo”. En un intento de sumar, MURAT lo designó coordinador de su campaña politica y de ahí GURRIÓN se trepó a una de las primeras posiciones por la vía plurinominal, que le valió ser Presidente de la Mesa Directiva de la LXIII Legislatura del Estado. Pero su obsesión enfermiza de ser candidato al Senado –mil veces repetida por sus testaferros y gatilleros mediáticos- le ha llevado por los sinuosos recovecos de la defección y la tránsfuga. Ayer trascendió en los medios locales que se registraría a la candidatura al Senado por la coalición “Por México al Frente”, que conforman los partidos PAN-PRD-MC. La pregunta es: ¿con qué méritos, militancia, trabajo político o, no digamos congruencia, sino dignidad si algo le queda? (JPA)

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