Conceptos y Decisiones 

Inveterata corrupción

Adán CÓRDOVA*

De acuerdo con encuentas y estudios recientes entre los principales problemas que más nos afectan y preocupan como sociedad se encuentran la inseguridad, el desempleo y la educación. Un elemento distintivo en estos rubros es que están ligados al incremento de la percepción ciudadana sobre la corrupción principalmente en el ejercicio gubernamental.

Elemento socialmente novedoso en nuestros días, sin embargo, conocido y analizado desde hace décadas por el gobierno, la afirmación anterior tiene sustento en el primer informe de gobierno (1989) presentado por el ex presidente Lic. Carlos Salinas de Gortari, cuando afirmó a los legisladores federales (1):

La lucha contra la corrupción en la administración pública es compromiso del gobierno, pero también de la sociedad, al denunciar y al abstenerse de participar en acciones indebidas.

En el plan nacional de desarrollo 1995-2000 (2) presentado por el también presidente Ernesto Zedillo se establecía:

 

2.3.4 Probidad y rendición de cuentas en el servicio público.

En atención al urgente reclamo de la sociedad, es indispensable una lucha frontal contra las causas y efectos de la corrupción y la impunidad. Esta lucha se llevará a cabo con la más enérgica voluntad política y con la participación de la sociedad.

El actual presidente Enrique Peña Nieto, dijo hace un año, al inaugurar la Semana Nacional de Transparencia 2016:

“Si hablamos de corrupción, no hay nadie que pueda aventar la primera piedra…”

Las manifestaciones anteriores exponen la visión de cada uno de los mandatarios, la más antigua advierte a la sociedad se abstenga de participar en actos indebidos, la segunda considera a la participación ciudadana como una aliada en la lucha contra las causas y efectos de la corrupción, pero la última –la actual- asume que todos somos iguales a él.

Tal afirmación conlleva a una pregunta básica, sabe el señor presidente  ¿qué es la corrupción? Para poder utilizar un concepto -de forma correcta- y considerar una alternativa a un problema debemos conocer, las causas que lo generan, los elementos que la conforman, los sujetos que la practican, los tipos o especies en las que se divide, sus alcances y resultados, entre otros elementos que serían de mayor complejidad, pero si no conoce los componentes básicos no podremos exigir los de especialidad.

La expresión pone de manifiesto el grado de conocimiento que tiene sobre el tema y sin embargo –por facultades de ley-, propone, apoya o decide sobre el perfil o nombramiento de algún responsable  o encargado de investigar, persiguir o sancionar los actos de corrupción y los diversos tipos; acciones que a la distancia vemos con riesgo y que invariablemente generan una mala expectativa de los funcionarios nombrados y sus resultados – como ejemplo el exsecretario de la función públicaVirgilio Andrade Martínez– que en lugar de aportar, deteriora la imagen del titular de la administración pública con su actuar.

Lo más trascendente de lo dicho por el presidente es que reconoce que él no puede aventarla, que quienes le rodean tampoco pueden, que a todos los que conoce no los considera capaces de hacerlo y afirma que ellos conocen a más que tampoco podrían.

Entonces ¿qué debemos hacer? o ¿qué debe suceder para que podamos combartir la corrupción? La respuesta es simple, debemos conocerla, estudiarla, analizarla, para no confundirla y manifestar mayor ignorancia para con quien está obligado a combatirla  o ante quienes exigen que se castigue porque sino le conocemos ¿cómo le atacamos?

Escuchar, hablar, escribir o señalar actos, no nos hace expertos, y menos nos da la calidad para emitir juicios de valor sobre en un tema o sujeto sino es a través del estudio constante y congruencia en nuestro actuar.

Un gobernante no está obligado a saberlo todo, pero es característica de un buen gobierno conocer las prioridades de su entorno, los problemas que impactan e importan a sus gobernados y demostrar capacidad ante ellos, de lo contrario seguiremos escuchando -como es costumbre- nuevos conceptos a los mismos problema, iguales soluciones con resultados ya conocidos.

 

(*) El autor es egresado de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y realiza estudios de posgrado en el Centro de Investigaciones Jurídico Políticas de las Universidad Autónoma de Tlaxcala.

 

Correo Electrónico: adancordovatrujillo@gmail.com

Twitter: @adancordovat

Referencias:

  1. Cámara de Diputados (2006). Informes Presidenciales Carlos Salinas de Gortari. Recuperado el 18 de septiembre del 2017 de http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/re/RE-ISS-09-06-17.pdf

 

  1. Ernesto Zedillo (s/f) Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000. Recuperado el 20 de septiembre del 2017 de http://zedillo.presidencia.gob.mx/pages/pnd.pdf

 

 

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