Opinión 

FACTÓTUM

Isidoro YESCAS

No hace mucho prácticamente lo defenestraron, pero hoy, ante la cercanía del proceso electoral, de alguna manera lo colocan como tabla de salvación de un PRI sin estructura, sin liderazgo y con altas probabilidades de perder su condición de primera fuerza electoral en el estado de Oaxaca.

Si en el 2010, año en que por vez primera perdió la elección de gobernador, el PRI  acumuló 575 mil votos, en la elección federal del 2013 su votación bajó abruptamente a 293,058 votos y para las elecciones locales del 2016 se volvió a reposicionar al sumar, junto con el PVEM y el PANAL, partidos con los que se coaligó, un total de 525, 858.

Con estos resultados, recuperó la gubernatura y se pudo mantener como la fracción mayoritaria en la LXIII legislatura y primera fuerza electoral en la entidad.

Sin embargo, para las elecciones concurrentes del 2018 el rápido crecimiento de Morena (de 2015 a 2016 pasó de tercera a segunda fuerza electoral), es un factor que podría provocar no solamente que el PRI ceda su posición de primera fuerza electoral a Morena sino que un fenómeno similar ocurra en el Congreso local.

En síntesis, la sombra de una derrota electoral mayúscula está ya presente en los escenarios del priismo oaxaqueño y eso ya prendió los focos rojos en Palacio de Gobierno en donde, además, ya advirtieron que el trabajo de organización ha sido prácticamente nulo por parte de la dirigencia partidista.

Así las cosas el regreso triunfal de Alejandro Avilés a la función pública habría que leerlo como parte de una estrategia para salvar lo que se pueda del tsunami que viene y que escapa a los desencuentros entre yuppies y yopes, y a las propias animadversiones que dentro y fuera del gobierno inevitablemente despierta y ha despertado este experimentado político de la vieja escuela priísta.

Con todo, y visto el desastre provocado por Germán Espinoza en el CDE del PRI, y la ausencia de cuadros electorales experimentados en el gabinete del gobernador Alejandro Murat, la presencia de Avilés en SEDESOL, a un mes de que se inicie el proceso electoral concurrente, tiene la abierta intención de colocar en esta importante Secretaría a un político afín al muratismo que se encargará de operar los programas sociales a favor de los aspirantes priístas a cargos de elección popular y, de paso, utilizar la estructura territorial de dicha Secretaría para compensar la ausencia de delegaciones de gobierno, que antaño eran canales eficaces para organizar a la clientela electoral.

En resumidas cuentas, Alejandro Avilés, ayer defenestrado y hoy, otra vez en el alta mayor, será el factótum del proceso electoral que se avecina y en donde el PRI, insisto, poco tiene por ganar, y mucho por perder.

Twitter: @YescasIsidoro

Agosto 4 del 2017.

 

 

 

 

 

 

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