Elecciones sin presupuesto. Isidoro Yescas.

Isidoro YESCAS

Aunque el proceso electoral en el que se habrá de elegir gobernador, diputados locales y concejales de 153 ayuntamientos se inició en la primera semana de octubre, es la hora que la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado no cumple con su obligación constitucional de depositar al IEEPCO los recursos económicos que dicho organismo requiere para organizar las elecciones.

Además de su presupuesto ordinario, el IEEPCO requiere de recursos extraordinarios por inicio del proceso que incluiría los meses de octubre a diciembre de este año.

Se hizo costumbre con el gobierno de Cué negarle y  regatearle recursos al IEEPCO, situación que no ocurría con los gobiernos priístas.

Eso ocurrió en las elecciones intermedias del 2013 y con las elecciones ordinarias y extraordinarias de usos y costumbres organizadas del 2011 a la fecha,  y  esa es la ruta que se mantiene con el “nuevo” IEEPCO.  El principal argumento ha sido  que  el gobierno  del estado padece penurias financieras al punto casi de la quiebra financiera, pero también se ha alegado  exceso de personal administrativo en el órgano electoral .

El argumento de la penuria financiera, o  la austeridad gubernamental, ya no resulta tan creíble a la luz de los despilfarros en los que ha incurrido el gobierno estatal para la realización de algunas obras de remodelación, como el caso de los sanitarios del Auditorio Guelaguetza, o la multimillonaria publicidad para difundir por prensa, radio y televisión los supuestos beneficios del CCCO que, para fortuna de los oaxaqueños y oaxaqueñas, ya no se construirá en el Cerro del Fortín.

El problema de diferir hasta por tres meses, como ahora ocurre, las ministraciones mensuales al IEEPCO; o de plano regatearle el presupuesto por inicio del proceso electoral, es que tiene impactos no solo en el nivel administrativo y laboral del órgano electoral sino también en el  cumplimiento puntual de sus actividades ya establecidas en el calendario electoral.

El retraso en las ministraciones mensuales también ha impactado en las actividades electorales de los partidos políticos que financian buena parte de las mismas con las prerrogativas que por ley les ministra también mensualmente el IEEPCO.

En el fondo lo que a este gobierno le falta es entender que el órgano electoral no es una dependencia más del ejecutivo, que como órgano autónomo y responsable de organizar las elecciones locales requiere  de recursos económicos y materiales oportunos que no deben ser regateados ni mucho menos negados.

Pero al IEEPCO también le hace falta hacer uso de los instrumentos legales a su alcance, como la controversia constitucional, o por lo menos  la exigencia pública al gobierno del estado, para dejar constancia de su inconformidad y de esta manera  no seguir supeditado a la buena o mala  voluntad  de los funcionarios de la Secretaría de Finanzas  en lo que constituye una obligación legal e institucional.