Opinión 

El comentario de hoy, martes 6 de julio 2021

De una cosa podemos estar ciertos: la pandemia de Covid-19 sigue viva entre nosotros. Hay quienes afirman que el hecho de estar vacunados no te da inmunidad total ante las nuevas cepas presentes en Oaxaca, ya reconocidas por los Servicios de Salud en la entidad. Hasta fines de la semana pasada dos municipios istmeños: Salina Cruz y Santo Domingo Ingenio se habían declarado en semáforo rojo, ante la incidencia de contagios y decesos. Pero hay otros que han tomado medidas al respecto. El virus, proveniente de Wuhan, China, sigue cobrando la vida de millones en el mundo.

Lo que ha generado preocupación es que desde hace semanas se anunció que algunos hospitales que atendieron a pacientes Covid, habían retornado a su estatus normal. Es decir, luego de haber sido reconvertidos al inicio de la pandemia, habrían sido desmantelados del equipo o cobertura para el mal de que tratamos. Presumo que se trató de una medida desafortunada, pues el mal ni ha menguado ni, mucho menos, ya estamos en una nueva normalidad post-Covid. ¿Habrá de reconvertirlos de nueva cuenta? Eso lo decidirán las autoridades.

Hay quienes opinan que estamos ante una tercera ola que afectó a países europeos y otros, de la que parecíamos habernos librado. Ojalá que no sea así. Lo cierto es que hemos relajado en general los protocolos sanitarios y hay una sensación de que la pesadilla ha pasado. Plazas, restaurantes, antros y otros a reventar, pese a que el virus mortal pende sobre nuestras cabezas. Lo paradójico es que seguimos en semáforo verde. Sin embargo, hay otros problemas de salud que nos siguen lacerando como sociedad.

Uno de ellos es el tema de los niños con cáncer, cuyos padres han emprendido una cruzada para recibir los medicamentos que les ayuden a sobrevivir a sus pacientes. Hay historias desgarradoras no sólo de lo que padecen con esta gravísima enfermedad, sino la lucha de pequeños titanes por su vida. Una realidad cruda y dolorosa, frente a la forma tan torpe, superficial y ominosa con la que este problema ha sido visto por el mismo presidente López Obrador, personeros y corifeos. Sólo ha movido a risa el argumento del golpismo y de que estén detrás los conservadores. El Estado, y nos referimos a la Federación, está faltando a su responsabilidad de salvaguardar y proteger la salud de uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, luego de la torpeza de desaparecer el Seguro Popular y poner en su lugar un remedo de institución: el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI). (JPA)

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