Opinión 

El comentario de hoy, martes 30 de julio 2019

El pasado fin de semana, durante la quinta visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Oaxaca, concretamente a Matías Romero, quedó claro que uno de los rubros que presenta un gran rezago en Oaxaca es el de la salud. Son 54 hospitales y centros de salud los que habrán de concluirse, pues están en obra negra o simplemente jamás se concluyeron. Será una suma considerable la que tenga que invertir la Federación, además, para poner en funcionamiento esa infraestructura olvidada.

Sin embargo, los problemas no terminan ahí. El sector arrastra un serio problema financiero derivado en su mayor parte, por el desorden administrativo, los vicios y la corrupción que ahí se han incubado. Este gobierno recibió una deuda sencillamente impagable, pero lejos de ir superando ese boquete económico, se ha ido incrementando. Fuentes del sector confirman que la nómina de eventuales ha ido creciendo. Se habla de cerca de 20 mil trabajadores.

Durante la actual administración, el Sector Salud ha tenido cuatro titulares. Pero hay funcionarios que siguen ahí desde hace dos o tres administraciones. Y no precisamente por su profesionalismo y experiencia, sino porque están avezados en mañas, manejos turbios y vicios. Parecieran ser un mal necesario, aunque obviamente no lo son.

He ahí uno de los factores por los cuales el problema financiero persiste. Ha trascendido por ejemplo, que la Auditoría Superior de la Federación ha detectado desvíos por 1 mil 300 millones de pesos, lo cual nos sigue ubicando en el entorno nacional, como la segunda entidad más endeudada. En ello, mucho tiene que ver el tema de la nómina.

Es posible pues que el asunto de la terminación de hospitales y centros de salud, con la promesa presidencial, sea sólo un ángulo de la problemática. Lamentablemente no creemos que ocurra lo mismo para superar el hoyo financiero que arrastra el sector. Más que engrosar la burocracia y los llamados aviadores; que seguir alentando los vicios y las inercias, la prioridad debe ser mejorar los servicios. El Sector Salud pues, requiere de una asepsia generalizada. La única forma de sanear las finanzas es mantener estrictos controles en el manejo de los recursos y evitar la discrecionalidad. La transparencia y el fin de la opacidad, deben ser eje de las reglas de operación, encaminadas a forjar finanzas sanas y el mejoramiento de los servicios. Seguir haciendo crecer las deudas y la nómina; los vicios y la corrupción, es sencillamente inaceptable. (JPA)

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