Opinión 

El comentario de hoy, martes 22 de mayo de 2018

El tema educativo es recurrente en estos comentarios. Y hay una razón en ello. Nadie puede apostarle al deterioro educativo que no tenga que pagar las consecuencias de ello. El analfabetismo, la ignorancia y el atraso cultural es el opio de los pueblos. ¿Cómo poder tomar la educación de millones de niños y niñas, como instrumento para poder conseguir prebendas, dádivas o cotos de poder?

Lo anterior es por la insistencia de ciertos segmentos del magisterio oaxaqueño en irse al paro de labores la semana entrante, cuando estamos justo a poco más de un mes de concluir el ciclo escolar. Este amago no es nada nuevo. Es parte de una escalada de presión sólo en las entidades en donde tiene presencia la Coordinadora Nacional de Trabajadores de Educación –la CNTE-.

Y es que sus dirigentes han sido embaucados con la promesa de la abrogación de la llamada Reforma Educativa que, al menos en Oaxaca, ha sido una ficción. La acción que se trata de emprender no es casual ni fortuita. Se pretende enrarecer el clima electoral y favorecer a ciertos candidatos. Y ello tampoco es nuevo. Lo vivimos en 2006. El numerito se repitió en 2010 para llevar a la gubernatura al ex gobernador Gabino Cué y volvió aparecer en 2012.

Es penoso ver a nuestros maestros y maestras –porque también los hay dedicados a su trabajo y con gran vocación- ser utilizados con aviesos propósitos político-electorales, solamente para hacerles el caldo gordo a dos o tres que ya se treparon en las candidaturas de la coalición “Juntos haremos historia”. La manipulación, el cilindreo y el aprovechamiento del fanatismo, ha permeado en un sector que, se presume, es quien forja en sus educandos la conciencia social.

Sin embargo, por lo que hemos visto, el famoso numerito de crear un ambiente de crispación social que han aprendido muy bien algunos segmentos magisteriales, no será ya en el camino fácil de antaño. Hoy en día, los padres de familia asumen su responsabilidad como parte del proceso que les corresponde en el binomio enseñanza-aprendizaje. En varias escuelas primarias de la capital oaxaqueña han pegado carteles para poner un hasta aquí a los virtuales paristas.

Sin negar el derecho a la libre manifestación de las ideas; sin conculcar el derecho a exigir mejoras económicas o salariales, es evidente que desde hace 38 años, ya no es sólo eso, sino un abuso permanente. El magisterio ha perdido la orientación de su responsabilidad docente. Ha cambiado el aula por la calle. Ha trastocado la vocación por activismo. La docencia por una ideología anclada en viejos cartabones. Se ha extraviado entre el activismo político y el fanatismo pernicioso, que en los últimos tiempos ha devenido un proselitismo barato. (JPA)

 

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