Opinión 

El comentario de hoy, martes 20 de octubre 2020

Una de nuestras instituciones más respetadas, como es el Ejército Mexicano, está hoy en día en el descrédito nacional e internacional. La detención del ex titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, en los Estados Unidos, con cargos graves, dejará en nuestro instituto armado una mancha indeleble. Se trata de un caso inédito, en el que los detractores oficiosos del antiguo régimen, llamado neoliberal, se han volcado en descalificaciones y diatribas.

Sin embargo, no es un asunto menor. No es la persona per se la que hoy recibe la andanada mediática, ni con quién o qué gobierno desempeñó el alto cargo que tuvo, sino el daño a la institución castrense, cuya historia ha corrido paralela a la vida institucional del país. Sin temor a equivocarme podemos decir, que el golpe es al pueblo mexicano. Además, es el reflejo de la desconfianza que el vecino del norte sigue teniendo hacia nuestro país, sin importar si el gobierno era neoliberal o es transformador.

La detención del general Cienfuegos, junto con su familia en el aeropuerto de Los Ángeles, no debe significar el descrédito de una institución entre los mismos mexicanos. Descalificar a un general de cuatro estrellas y de más de medio siglo de trabajo al servicio del país, significa poner en tela de juicio también, la carrera de quienes hoy desempeñan importantes cargos en el gobierno de la Cuarta Transformación.

Si bien es cierto que se han dado tropiezos y errores consignados por la historia como el movimiento del 68, el caso Tlatlaya y otros más, también es cierto que sólo los obtusos y vende-patrias pueden cuestionar las acciones de nuestras fuerzas castrenses, como la aplicación del Plan DN-3, la presencia del Ejército con los damnificados en los sismos de 2017 o en siniestros naturales, en donde los militares han estado presentes, sobre todo la tropa.

En mi opinión personal, que este hecho no permita hacer prejuicios ni descalificaciones sobre nuestras Fuerzas Armadas. Que, en el vecino país, en donde se respeta el debido proceso, se muestren las evidencias necesarias para validar cargos tan graves y se proceda. No podemos ignorar que hoy en día, las Fuerzas Armadas tienen un papel omnipresente en seguridad, en la construcción de importantes obras sexenales, hospitales o el manejo de aduanas que, como todo mundo sabe, no está entre sus atribuciones que por ley le competen. En estos momentos vale la pena hacer mención de una frase célebre, en una de las obras de William Shakespeare que dice: “pero no todo está podrido en Dinamarca”. (JPA)

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