Opinión 

El comentario de hoy, martes 12 de marzo 2019

El oficio político se ha ido desdorando en los últimos tiempos. Antaño, era un oficio de caballeros y damas, formados en el quehacer del convencimiento, el diálogo, la habilidad oratoria y también en la sapiencia. La praxis política era, salvo excepciones, el corolario de trayectorias limpias y formación académica. El oficio estaba vedado para amateurs, bisoños e inexpertos. ¿Cómo no recordar en el PRI a don Jesús Reyes Heroles, José Luis Lamadrid o en la izquierda a Porfirio Muñoz Ledo, Bernardo Bátiz o Heberto Castillo, entre otros?

Sin embargo, la apertura democrática y la efervescencia en los partidos políticos ha hecho de aquel oficio un vertedero de improvisados, protagonistas y trapecistas. Sin afán de denostar a nadie o descalificar, dice la conseja popular que nadie nace sabiendo. El saber y el conocimiento implican un proceso de aprendizaje. Los partidos están obligados a formar cuadros en las distintas disciplinas del quehacer humano, no sólo compromisos o pago de favores. La capacitación es una condición indispensable, sobre todo, en los cargos de representación popular.

Con ello se habrán de evitar escándalos y descalificaciones; denuestos o los hoy populares memes. Es injusto que nos sigan considerando a los oaxaqueños torpes e ignorantes, por las ocurrencias de un diputado o por la ignorancia de un senador. A veces es mejor guardar silencio. No aventarse a la jauría mediática y política, poniéndose de pechito –como se dice vulgarmente-.

Hace meses fue un diputado por Oaxaca quien tuvo la ocurrencia de proponer en tribuna el uso de las reservas monetarias internacionales de México, para promover programas de desarrollo social. Obvio: sus asesores no lo instruyeron en los rudimentos de política monetaria, balanza de pagos o lo que hacen o no, algunos organismos financieros como el Fondo Monetario Internacional.

La semana pasada fue un senador, quien en afán de querer quedar bien con el gobierno en turno y arremeter en contra de quienes critican el manejo que se ha dado en estos cien días a la política económica y crediticia nacional, propuso castigar a reconocidas calificadoras. Su mismo coordinador en el Senado le reviró, negando que fuera una propuesta de la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). La lideresa de dicho partido hizo lo propio y hasta el mismo presidente de México, rechazó tal medida.

¡Señores legisladores, ya déjense de posturas burdas, protagónicas y oportunistas! Cuando aborden tribuna, propongan una iniciativa o abran la boca, antes vean antecedentes, hurguen en bibliotecas, en libros o busquen asesoría. Ya dejen de poner a Oaxaca en el escaparate de la crítica insana y la denostación. (JPA)

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