Opinión 

El comentario de hoy, martes 10 de marzo 2020

En esta semana se cumple mes y medio de la huelga que ha paralizado a la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca –la UABJO-. Dicen los que conocen los entresijos de la historia de nuestra Alma Mater local, que es la más larga que ha tenido la institución. Y ha sido la cerrazón de uno de los gremios más viejos, pero con más vicios: el Sindicato de Trabajadores y Empleados –el STEUABJO- lo que tiene hoy contra la pared a autoridades universitarias y a más de 26 mil estudiantes.

La UABJO, así se ha difundido en algunos medios, atraviesa por una severa crisis financiera. Más allá de los resultados de las auditorías que han practicado diversas instancias estatales y federales, nuestra Máxima Casa de Estudios se ha extraviado, abdicando de su razón de ser, ante la presión que ejercen los sindicatos, los clanes familiares que ahí perviven como parásitos desde hace al menos cuatro décadas, los grupos porriles y los intereses políticos.

La UABJO ha sido –y ello no es un secreto-, un eslabón para la gobernabilidad y la paz social. Pero también es como una pila de agua bendita: todos meten la mano. Llama la atención que intereses personales o de grupo, se superpongan sobre el interés legítimo de miles de jóvenes, que han tocado las puertas de la institución de educación superior más numerosa y popular del estado, ávidos de forjarse como los profesionistas del mañana.

Insistimos: nuestra universidad debe refundarse. Volver a sus orígenes. Privilegiar la ciencia y la cultura; la academia y la investigación. Ya no puede ni debe ser rehén de la voracidad de sindicatos o clanes familiares. De porros e inseguridad. Desde los años setenta arrastra serios problemas de identidad, alentados por los cacicazgos. Cada uno tiene su coto de poder y su cuota en el manejo de escuelas y facultades. El jueves pasado se llevó a cabo una marcha de estudiantes. Con justa razón exigen clases. No es posible que la autorización de 30 plazas, el incremento a la canasta básica y la voracidad económica cifrada en laudos, ante una institución desfondada, se impongan sobre el legítimo derecho a la educación. Lo grave es que detrás del STEUABJO, que dicen es un retrato de familia, estén haciendo cola el resto de sindicatos, con sus emplazamientos a paros y huelgas, y con un amplio pliego de peticiones para seguir lucrando sobre el raquítico presupuesto de una institución al borde de la indigencia. La refundación de la UABJO, debe estar en la agenda política. Ya es urgente y necesaria. (JPA)

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