Opinión 

El comentario de hoy, jueves 9 de mayo, 2019

En su aviesa pretensión de justificar 39 años de abusos y atropellos al pueblo oaxaqueño y de validar el rezago educativo, uno de cuyos principales responsables es el llamado Cártel 22, algunos de nuestros legisladores federales han dado pasos en falso. Hace al menos un mes, la bancada oaxaqueña en San Lázaro, en pleno, se hizo una con la CNTE y la 22, para apoyar la abrogación de la Reforma Educativa del “espurio” ex presidente Peña Nieto e impulsar otra reforma a modo.

Hasta ahí las cosas caminaban al tenor no de una representación legislativa, sino de una facción política que le apostaba en todo momento, a estar de espaldas al pueblo oaxaqueño. A la hora de votar por la reforma a la Constitución en materia educativa, ocho diputados –ya no fueron todos- votaron en contra de la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, a los cuales, en su gira por el Istmo, la semana antepasada, calificó de “fifís”.

Dentro de la bancada del partido del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), los diputados y diputadas que votaron en contra fueron: Carol Antonio Altamirano, Irma Juan Carlos, Avelina López, Virginia Merino, Rosario Merlín, Irineo Molina, Dominga Pérez y Azael Santiago Chepi. A ellos se unió la diputada del Partido del Trabajo, Margarita García. Es decir, no comparten las tesis del gobierno de la Cuarta Transformación, ni la política del presidente López Obrador, mucho menos los principios de MORENA. Están casados con la dupla CNTE/Sección 22 y con su pretensión de manejar plazas, controlar la nómina y hacer de la educación que imparte el Estado, plataforma ideológica y de fanatismo, que contempla el famoso Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca –el PTEO-.

Pero aún faltaba la cereza en el pastel. Y el martes 30, durante la sesión del Senado de la República, en donde se aprobaría el dictamen de reforma a la constitución en materia educativa para convertirlo en ley, MORENA no logró la mayoría calificada por un voto, que fue justamente, el del senador Salomón Jara, quien argumentando motivos familiares, se ausentó de la votación. El dictamen regresó a la Cámara de Diputados, quien lo pondrá en la agenda, hasta el siguiente período extraordinario de sesiones.

Por lo pronto, en el ciclo escolar 2019/2020, que inicia en agosto, podría seguir vigente la Reforma Educativa que se aprobó en el gobierno de Peña Nieto. ¡Vaya pues!, no sólo han pisado en falso los dirigentes magisteriales, empecinados en torpedear todo lo que no cuadra con sus intereses, sino además, ya se llevaron entre las patas a nuestros flamantes legisladores. Dice un dicho popular: “tanto va el cántaro al pozo, hasta que se rompe”. (JPA)

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