Opinión 

El comentario de hoy, jueves 28 de junio de 2018

Es un lugar común escuchar a organismos de la sociedad civil, como “Mexicanos Primero”, por ejemplo, afirmar que Oaxaca camina a la zaga de la educación a nivel nacional. Que existe un marcado rezago educativo y que nuestros niños del sistema oficial, muestran mayor atraso en materias básicas como matemáticas y español. Además, que aquí el proceso enseñanza-aprendizaje es demasiado frágil. Cualquier cosa, por simple que sea, lo rompe.

Organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –la OCDE- han insistido en la urgencia de una política gubernamental que incida en superar esos estándares de atraso. Pero hay otros que a su vez insisten en que el atraso se debe a la pobreza, la atomización de las comunidades, a la falta de vías de comunicación, etcétera. Culpan al gobierno de todo.

Por ejemplo, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación –la CNTE- y aquí su adlátere, la Sección 22, se lavan las manos del rezago y atraso curricular. Se escudan en uno y mil problemas para validar su desarraigo docente y su desapego con los programas educativos en el aula. La prioridad es la protesta callejera; tomar la calle para arremeter en contra de la política neoliberal –aunque no puedan explicarle a los padres de familia- qué significa la misma; en contra del gobierno represor o del espurio presidente.

Haciendo a un lado la práctica maniquea de seccionar a los buenos y a los malos, hay un hecho evidente en nuestro Oaxaca, que no podemos eludir. Según el calendario escolar, el ciclo 2017/2018 termina el cinco de julio. En esta semana, con certeza empezarán las ceremonias de clausura y entrega de documentos. ¿Qué podrán aportar a sus alumnos y escuelas, mentores que desde el pasado 28 de mayo hasta el 20 de junio se mantuvieron en paro?

Las clases, según las instrucciones de los dirigentes seccionales a quienes le siguieron el juego, se restablecieron el miércoles 21 de junio. ¿Qué van hacer estos mentores en sus escuelas? No creo que mucho. Por fortuna, la mayoría estuvo en sus actividades normales. Cifras oficiales revelaron que más del 90 por ciento de maestros y maestras, estuvo en sus escuelas y cumpliendo con su responsabilidad docente.

Ello habla de que pese a nuestra crítica y a no pocas veces descalificación, hay maestros y maestras que ya no comulgan con paros y suspensiones; con bloqueos y plantones. Tengo la impresión de que el llamado Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación en Oaxaca, hace tiempo que empezó a hacer agua. Al tiempo. (JPA)

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