Opinión 

El comentario de hoy, jueves 28 de enero de 2016

El transporte público en Oaxaca es un eje de ingobernabilidad que requiere, de manera obligada, orden, racionalidad y mano dura. ¿Sabrá la ciudadanía que en la entidad hay más de 40 mil concesiones, de las cuales sólo hay 26 mil expedientes? ¿Sabrá que hay autorizadas 19 mil unidades de servicio de moto-taxi, pero con las piratas esta cifra se ha duplicado y que sólo en las colonias conurbadas circulan más de 1 mil 300?

¿Estamos enterados de que sólo en Juchitán de Zaragoza circulan 1 mil 600 y que en Santa Cruz Xoxocotlán, están en proceso de regularización 1 mil 500? Muchos nos preguntamos, ¿y cuándo fue que el transporte público se torció y entró en los caminos sinuosos de la ilegalidad y de la corrupción? Desde que muchos vivales –o más bien vividores- se apersonaron con los hombres del poder para ofrecer sus servicios clientelares y obtener, a discreción, cientos de concesiones, que ellos han vendido de manera ilegal.

Nos referimos a los manipuladores y patrones de sindicatos, organizaciones sociales y viles delincuentes, con sicarios a su servicio, que se han apropiado materialmente de las concesiones. Por siglas no paramos. En el Istmo, los hampones que dirigen los seis segmentos de la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo –COCEI- tienen al menos cada uno, cien concesiones de moto-taxis. Pero navegan con la bandera de la revolución socialista y otras tarugadas.

CROC, CTM, CNP, Sindicato Libertad, Frente Popular Revolucionario –FPR-, Frente Amplio de Lucha Popular –FALP-, etcétera, están hasta el fondo en el transporte público y en las acciones que se cometen con el manto infame de la impunida. Son asimismo, grupos de choque, de actividades ilícitas y hasta criminales. Pero nadie les pone un hasta aquí. Sindicatos que no pagan impuestos pero no sólo transportan materiales de construcciòn o pétreos, sino que son hasta constructores.

Se espera que el siguiente gobierno acabe con ese maridaje de complicidades; ese caminar constante al filo de la ley. El transporte es un serio asunto de seguridad que no sólo tiene que ver con la regularización de las concesiones, la labor de limpieza en la venta ilegal o venta nocturna, sino que debe ir más a fondo: darle a los oaxaqueños medios de transporte dignos de decorosos, pero además, con confiables y en apego a la ley. Acabar asimismo con esa competencia brutal y violenta de los sindicatos y gremios que lo único que han hecho en la entidad, es contribuir a paralizar la obra pública ante el riesgo de enfrentamientos y violencia.

 taxis_foraneos

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