Opinión 

El comentario de hoy, jueves 26 de abril de 2018

En México vivimos momentos cruciales en nuestra historia reciente. Hoy mismo se advierte un impresionante activismo político. Partidos políticos y coaliciones buscarán llevarse el voto mayoritario del ciudadano, acreditado en el padrón electoral. Cada uno de los actores difunde sus propuestas, su oferta electoral, sus habilidades para el proselitismo político.

Es un error creer a pie juntillas lo que dicen las encuestas. Las mediciones son relativas. El mejor ejemplo lo tenemos cerca. En las pasadas elecciones en los Estados Unidos, la favorita era Hillary Clinton, pero quien ganó fue Donald Trump. Desde hace meses escuchamos, vemos en los diarios y en las redes sociales, las tendencias. Algunas son consideradas irreversibles.

No hay un solo día en que no escuchemos temas trillados en el discurso político como el de la corrupción. En efecto, éste es uno de los males que ha lacerado a los mexicanos. Pero ninguno de los aspirantes creo, que ha sido totalmente limpio y sin mácula. Unos más, otros menos, la corrupción ha permeado todo el tejido social.

Sin embargo, hay otros rubros que parecen soslayarse. Uno de ellos es la seguridad. Pero no hay propuestas concretas y viables en torno a lo que al menos en los dos últimos sexenios, los gobiernos han fracasado. La llamada amnistía no ha cuajado hondo en el ánimo ciudadano, pues no es trata de actores políticos ni rebeldes inconformes.

Hay otro rubro que parece haberse convertido en moneda de cambio: la Reforma Educativa. Un análisis respecto a la política educativa que tienen otros países del Cono Sur, muestra un atraso brutal de México en materias básicas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –la OCDE-, ha hecho mediciones que nos ubican en un lugar penoso.

Es una irresponsabilidad comprometer el futuro de los mexicanos –particularmente de los niños- por migajas electorales. Es decir, ofrecer la cancelación de un proyecto educativo que si bien debe perfeccionarse o adecuarse a nuestra realidad, por tener al lado a un organismo que todo mundo lo sabe, ha operado como golpeador electoral. Nos referimos a la CNTE.

Estoy convencido del hartazgo de los mexicanos –y de los oaxaqueños sin duda- con muchos vicios que se han dado en la política y el gobierno. He ahí la importancia de analizar el voto razonado, no la inercia del marketing, del cambiamos para seguir igual del PRI; del doble discurso del PAN, ni casarse con el mensaje del neopopulismo de MORENA, que en Latinoamérica ha sido un lastre. (JPA)

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