Coordenada 21 

Docencia y Sociedad en México

Por Samael Hernández Ruiz.
Para garantizar el derecho a la educación, el gobierno de México contrata personal para ofrecer el servicio público de educación obligatoria.
La contratación de maestros se hizo en mayor cantidad después de la lucha armada de 1910, allá por los años veintes, y uno de sus principales impulsores fue el oaxaqueño José Vasconcelos.
Durante todo el siglo XIX y la mitad del siglo XX, los maestros mexicanos ofrecían sus servicios en malas condiciones, lo que los hizo protestar más de una vez; por ejemplo, durante el régimen de Don Porfirio Díaz, algunos intentos de protesta por la situación en la que trabajaban fueron fácil y rápidamente reprimidos; pero después del movimiento armado de 1910, el gremio magisterial fue mejor apreciado  bajo el influjo de la revolución y la consigna de construir una nación diferente.
No obstante el impulso dado por la revolución, las malas condiciones de trabajo continuaron y el desorganizado gremio magisterial era también víctima de las luchas internas. Comunistas se enfrentaban a callistas y después contra avilacamachistas. Estas pugnas intragremiales debilitaban al magisterio. Al final se impuso la unidad, en lo cual la Central de Trabajadores de México (CTM) jugó un papel muy importante, pues gracias a su apoyo, finalmente surgió el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), uno de los más grandes de América Latina.
El surgimiento del SNTE no sólo obedeció a los intereses gremiales de los maestros mexicanos, sino también a la política corporativista que en su inicio impulsó el general Calles, que dio como resultado la fundación de Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929, que después se transformaría en Partido de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938 y finalmente en Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1946. El SNTE nació marcado por el corporativismo del PRM y la CTM.
Fue uno de los sindicatos más útiles al PRI por su fuerza numérica y presencia en una amplia zona del territorio nacional, hasta que comenzó a surgir el descontento de los maestros que explotó en 1957-58 con el movimiento de los docentes, que fue duramente reprimido. Desde entonces, con tímidos repuntes en la lucha magisterial por mejores condiciones de vida y de trabajo, la protesta se mantuvo latente hasta 1979, año en que surgió la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
El número de trabajadores de la educación que reportó el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica de 2013, ascendía a 1’266,574 docentes y 682,531 personal de apoyo a la enseñanza, un total de 1’949,105 trabajadores.
La totalidad de los trabajadores de la educación pertenecen al SNTE, aunque la CNTE, que es un movimiento disidente, tiene fuerte presencia, principalmente  en las secciones de Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guerrero y la Sección 9 de la Ciudad de México, no agrupa a la mayoría de los maestros.
La lucha del magisterio es externa e interna. Externa porque luchan por mejores salarios, prestaciones, seguridad en el empleo y mejores condiciones de trabajo presionando a su patrón la SEP e interna porque los grupos que controlan la dirección sindical, no han permitido la democratización del sindicato.
Breve historia de la “colonización” de la SEP.
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto argumentó que una de las razones de la reforma educativa fue que el gobierno recuperara el control de la SEP, de la que el  SNTE que se había apoderado. Lo anterior coincidía con la apreciación de funcionarios del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la UNESCO, y algunos expertos (como por ejemplo Jeffrey Puryear, uno de los ideólogos de la Universidad de Chicago).
Yo no estoy seguro de que el gobierno mexicano haya perdido el control de la SEP a causa de una acción perversa de la dirigencia sindical del SNTE.
Aquí discrepo en cierto grado con la teoría de la colonización de Carlos Ornelas, en el sentido de que dicha colonización no fue un tomar por asalto las playas de la SEP, y de allí el SNTE avanzara hasta finalmente controlar casi todo el aparato administrador de los servicios educativos.
Creo que fue un arribo arreglado por el propio gobierno con el SNTE, un arribo que representó, en parte, el pago por las acciones corporativas que a favor del gobierno hizo la dirigencia nacional del sindicato y que hace hasta ahora, después de un breve período de separación.
La causa de la separación Gobierno-SNTE, fue el debilitamiento del PRI, eso provocó que la ex dirigente, ahora en prisión, Elba Esther Gordillo, buscara mantener el arreglo corporativo con el gobierno en turno, al apoyar descaradamente al PAN con los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderon. La revancha del PRI vino después, en 2013.
Los maestros de la CNTE se oponían a la cada vez más poderosa Elba Esther Gordillo y no dudo que hayan visto con agrado su encarcelamiento por el presidente priísta en turno.
Uno de los efectos que tuvo la relación de la SEP con el SNTE, fue la modificación del perfil profesional del gremio magisterial. Por una parte el crecimiento de los niveles de educación obligatoria, por ejemplo la universalización de la educación secundaria, llevó al gobierno a contratar profesionales egresados de áreas distintas a las escuelas normales. Antes, en la época del impulso a la educación técnica, muchos ingenieros, biólogos y químicos fueron contratados. La más reciente ola de contratación masiva fue la obligatoriedad de la educación preescolar.
Otro acuerdo colonizador entre el gobierno y el sindicato también modificó el perfil profesional del gremio: la herencia de plazas. Pero lo que propició el mayor escándalo fue la venta de las plazas para ingresar al sistema educativo como maestro o personal de apoyo.
A pesar de que la mayoría de docentes, provenían del sistema de educación normal o de alguna institución de educación superior, algunos, la minoría, no cubrían los requisitos académicos para ser contratados como docentes.
En resumen: los acuerdos SEP-SNTE, propiciaron la parcial des-profesionalización del gremio magisterial; ¿Por qué entonces se señala sólo al magisterio? Otra cosa es hablar de la competencia  profesional del gremio, que puede estar “desfasada” de las actuales tendencias pedagógicas; pero de ninguna manera podemos decir que los maestros mexicanos son incompetentes.
Dos pinceladas al caso de la Sección XXII.
La Sección XXII del SNTE (S22) es algo que sólo veremos muy de paso. He dedicado muchos años de mi vida al estudio de este fenómeno social.
En 1980 emergió en el seno de la S22 una fuerte oposición a los líderes locales apoyados por el comité ejecutivo nacional del SNTE. Lo interesante es la evolución que sufrió ese movimiento disidente al que denominaron Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca (MDTEO). En tanto que el MDTEO incluyó a toda la base de trabajadores de la S22, acostumbro denominar a esa sección sindical S22/MDTEO para indicar su dualidad.
Esta dualidad es importante porque explica el peculiar comportamiento de ese sindicato. En efecto, la S22/MDTEO se caracteriza en general por actuar como un movimiento de protesta y relegar su función como sindicato, esto último significa un organismo que representa a un gremio y que actúa en la legalidad; por el contrario, el MDTEO actúa de manera extralegal y en ocasiones, abiertamente fuera de la ley. No me detendré a explicar por qué se comporta así ese sindicato, pero el lector puede encontrar más información en mi artículo publicado en la revista Movimientos: “Movimiento social y coyuntura: la Sección XXII del SNTE y la reforma educativa” (disponible en:  http://www.revistamovimientos.mx/2016/index.php/movimientos/article/view/36 )
Lo importante es que esta dualidad S22/MDTEO impide dos cosas: la función plena sindical de la S22, y el desarrollo pleno del movimiento social  MDTEO; en otras palabras su relación condiciona a ambas estructuras, limitádolas.
Lo anterior no significa que las demandas laborales y sociales de los maestros oaxaqueños no tengan fundamento, el lector puede consultar algunas reflexiones al respecto ( samaelhernandezruiz.wordpress.com/2016/06/17/quien-hizo-enojar-a-los-maestros/ ), lo que significa es que sus métodos de lucha no le permiten, como sindicato, consolidar los derechos adquiridos de sus agremiados; ni le permite crecer como un movimiento social, porque opera bajo la estructura de un sindicato que depende de las contrataciones del gobierno.
Con estos apuntes que sirven para esbozar el contexto, quiero dejar claro que, en el caso de los maestros disidentes, sus métodos de lucha (explicables, como he dicho), les ganaron la antipatía de lo que queda de la clase media, algunas comunidades rurales e indígenas, los empresarios y sobre todo del gobierno; de modo que el discurso oficial que señala la corrupción, falta de preparación, control indebido de la SEP, de la dirigencia del SNTE, se hizo extensiva a todos los maestros y trabajadores de la educación; lo cual ni es verdad, ni es aceptable.
Con ese discurso se justificó una reforma educativa que lo que pretendía era reducir el presupuesto destinado a la educación mediante la precarización del empleo de los docentes. No conozco un sistema educativo, de los países más desarrollados en educación, que  se base en una política de ese tipo.
Por otra parte, la reforma educativa estableció un sistema de evaluación del desempeño docente que no se sostiene a la luz de criterios científicos y pedagógicos; además, pretendió avanzar en la des-profesionalización del gremio al establecer que cualquier profesionista podía solicitar empleo y ser evaluado para su contratación. En países como Finlandia las escuelas de nivel superior proporcionan profesionales de la educación para ciertas áreas del sistema educativo, pero todo está bajo un sistema nacional que forma docentes.
En México hubo un intento de hacer algo parecido; pero finalmente se abandonó y las escuelas normales están prácticamente en ruinas.
Las propuestas.
Las anteriores consideraciones, sirven de preámbulo para formular mis propuestas, que son las siguientes:
 El gobierno federal debe respetar la vida interna del sindicato de maestros (SNTE) y en todo caso, favorecer la transparencia de los recursos  públicos que se le otorguen.
 Quien asuma la presidencia de la república debe comprometerse a establecer el sistema nacional de formación, actualización y superación del magisterio nacional;
 Fortalecer a las escuelas normales y en general al subsistema de educación normal con mayores recursos y el impulso a la investigación científica.
 Garantizar lo que para toda profesión constituye su razón de ser: el monopolio en su campo, del ejercicio de su labor; lo que significaría que nadie, sin el título de egresado del sistema nacional de formación docente, podría ser contratado y, si se quiere, además ser evaluado antes de su ingreso al servicio.
 Una vez contratado el docente, su promoción debe someterse a evaluación; pero no su permanencia ni el disfrute de sus derechos.
 La permanencia en el empleo con plaza de base, la seguridad social y salarios profesionales dignos, deben ser un derecho inalienable e irrenunciable, del magisterio nacional.El despido de un trabajador de la educación debe ser motivado y fundado por las causales que la ley contemple mediante el debido proceso.
 El cumplimiento del derecho a la educación debe ser el marco en el que el ejercicio de la profesión docente encuentre su sentido ético, por lo que el Estado mexicano debe
 Dar pleno reconocimiento y personalidad jurídica a las asociaciones de padres de familia, para hacer realidad la exigibilidad e incluso la judicialización del derecho a la educación. En otras palabras los padres de familia y cualquier mexicano mayor de edad podrán exigir, incluso por la vía judicial, que se cumpla en su persona o en la de sus tutelados, el derecho a recibir educación básica, pública y gratuita.
 En el sentido anterior, las escuelas serán clasificadas por el grado en que den satisfacción a la demanda por educación conforme a derecho y conforme a los derechos humanos en particular.
 De la clasificación de las escuelas en los términos anteriores, dependerán las gratificaciones adicionales que el Estado otorgue a sus maestros, sin violentar sus derechos adquiridos, ni las promociones a que igual, tengan derecho por su desempeño y preparación.

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