Opinión 

El comentario de hoy, jueves 3 de agosto

La aceptación tácita del titular de la Secretaría de Seguridad Pública, de que la inseguridad en Oaxaca no es sólo una percepción social sino una realidad, obliga a las autoridades a asumir la responsabilidad de salvaguardar la vida y el patrimonio de los oaxaqueños, más allá de estadísticas criminales o algo parecido.

Oaxaca se ubica entre las entidades en donde el promedio de homicidios dolosos se ha multiplicado, y ello es una severa llamada de atención que no puede echarse en saco roto. Tuxtepec y Juchitán se siguen llevando los méritos de ser las cabeceras con un índice mayor de muertes violentas. Ejecuciones cotidianas; homicidios a plena luz del día; feminicidios que no terminan.

Tampoco hemos estado exentos de la violencia política, la cual ha sido aprovechada por los incendiarios de siempre, prestos a seguir alimentando el encono entre nuestras comunidades. Ahí está San Raymundo Jalpan, que es nota cotidiana por los conatos y enfrentamientos; amenazas e incapacidad para una gobernanza civilizada.

La ausencia de un Plan Estatal de Desarrollo, ya validado por el Congreso del Estado, contribuye a que seamos ignorantes respecto al andamiaje por donde caminará la actual administración en diversos rubros. Uno de ellos es la seguridad o el combate a la corrupción, por decir solamente dos de la amplia agenda de prioridades de que urge el estado.

Hay aún agravios recientes en los que parece ser que la política se sigue superponiendo sobre la ley. No sabemos exactamente qué ha pasado o cuándo serán consignados los responsables de la muerte de cinco personas en San Pedro Mártir Quiechapa o los que asesinaron cobardemente a cinco mujeres, cuyos cadáveres incineraron en San Juan Mixtepec, en la Mixteca oaxaqueña.

También será bueno saber qué se hace o hará con los recursos del Fondo de Seguridad, lo que antes se llamaba FOSEG, que la Federación destina a cada entidad y municipio. En todo este universo de pendientes tal vez encontremos la hebra o algo que nos oriente respecto a la creciente inseguridad que se vive en Oaxaca y el aumento en ilícitos, de los cuales ya hemos comentado en este espacio radiofónico.

No hay que olvidar que uno de los factores que más incide en el mapa criminal que registra cientos de homicidios dolosos en el estado, en lo que va del año, es la impunidad. No es ético sólo contabilizar muertos o heridos en hechos violentos, sino indagar las causas e ir por los responsables. No dudo que sea una tarea nada fácil. Pero hay que hacerlo. (JPA)

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