Opinión 

El comentario de hoy, jueves 27 de abril

Estamos prácticamente en el ocaso del mes de abril y a unos días de mayo. Este mes ha sido, desde 1980, uno de los más conflictivos y problemáticos para la ciudadanía. Ha sido tomado como ícono por los capos de la Sección 22 para sus movilizaciones; para las marchas; los plantones y los bloqueos a vialidades y carreteras.

No es novedad pues que desde el principio de año se escuchen las amenazas de este sector, convertido ya en enemigo público. Sus exigencias y demandas, se cubren o “coberturan” –usando el consabido término de sus discursos y comunicados- con la infalible y rentable industria del chantaje: golpear a la ciudadanía inerme, para ablandar al gobierno.

La Sección 22, con la apatía y la complicidad también de los gobiernos estatales, devino desde hace mucho, un poder fáctico que, incluso ha puesto en entredicho a nuestro sistema de justicia. Ahí está la liberación de maestros delincuentes, vinculados a casos de secuestro y detenidos en flagrancia, que se han asumido presos políticos, cuando han sido identificados como delincuentes comunes.

Se trata pues de un sector que desde hace muchos años perdió su base social de apoyo. Un movimiento que se ha estigmatizado, en principio porque no se trata de una lucha gremial genuina, sino por obedecer y traslaparse con intereses políticos. Hoy mismo, las amenazas del magisterio hay que verlas bajo ese prisma.

Les fue entregada la cabeza del ex Secretario General de Gobierno, Alejandro Avilés, aunque de manera fortuita y ahora van por la del director del IEEPO, Germán Cervantes. Y ¿saben por qué? Porque han construido pactos con actores políticos que se han caracterizado como enemigos de la Reforma Educativa y del nuevo modelo educativo. Asumen los dirigentes del magisterio que tendrán ahí un aliado.

Sueñan algunos con la recuperación del IEEPO y hacer de la educación que imparte el Estado un coto de poder. Para ello, ya preparan su escalada de movilizaciones, de bloqueos, ante un gobierno que parece no advertir las maniobras oscuras que se están dando al interior del mismo, con la labor de zapa de verdaderos caballos de Troya.

Una vez más, como lo ha hecho desde hace 37 años, es el rejuego político en donde se entrampa la dirigencia seccional de la 22, pero lo cubre con el manto de la defensa del espacio de confort en que se ha convertido la labor docente; el denuesto de toda reforma que mejore la calidad de la educación; la supuesta lucha por reivindicar un movimiento desde hace mucho desfondado, con el viejo y anquilosado discurso revolucionario, que sus dirigentes siguen repitiendo como loros. (JPA)

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