Opinión 

El comentario de hoy, jueves 25 de enero de 2018

A principios de los años setenta había en el país, al menos cuatro universidades públicas permeadas por grupos radicales, empeñados en utilizar a éstas como pivotes de movimientos revolucionarios. Estaban catalogadas como focos rojos y problemáticas en el sistema de universidades del país. La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla –la BUAP-, la de Sinaloa, la de Guerrero y la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca –la UABJO-.

Algunas superaron paulatinamente y con creces su situación. Otras se convirtieron en referentes de calidad académica y desarrollo institucional, como la BUAP. La única que nunca remontó su situación caótica fue nuestra Alma Mater. Luego del conflicto de 1976-1977, devino coto de poder de sindicatos, porros, cofradías y caciques. Inercias que no la han dejado despegar como una verdadera institución académica y volver a sus orígenes, cuando fue Instituto de Ciencias y Artes del estado, donde abrevaron generaciones de profesionistas oaxaqueños notables.

La institución está materialmente copada por al menos seis sindicatos que, año con año exigen mejoras salariales y prebendas laborales. El caso del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la universidad –el STEUABJO- es emblemático. Soslaya las mesas de negociación y tiende hacia los lugares comunes: el chantaje. Golpear a la sociedad para lograr, vía presión social, ablandar a las autoridades universitarias y estatales. No conforme con ello, ha cerrado las instalaciones universitarias con el consecuente daño a la comunidad estudiantil.

En el fondo se advierte el móvil político. Dicho gremio se ha caracterizado por su postura de pseudo izquierda. En los setentas era manejado por militantes y prosélitos del troskismo. Idealistas que al paso del tiempo copiaron los mismos moldes y vicios de aquellos sindicatos blancos que tanto criticaban. Ahora son los hijos o tal vez los nietos, quienes tomaron la bandera de sus ancestros.

Así, mientras las autoridades universitarias siguen tocando puertas ante el Congreso federal y local, en busca de mejorar su presupuesto, un monto justo a la cantidad de alumnos que han buscado en sus aulas el mejoramiento académico y profesional, los gremios que ahorcan a nuestra antes prestigiada universidad, sólo alargan la mano en busca de prebendas anuales. Lo grave es que show habrá de continuar, pues detrás del STEUABJO vienen los demás: STAUO, SUMA, SECUABJO y SUA. No cabe duda pues, hay que compadecer a nuestra universidad más populosa, o soñar, con que algún día haya una refundación de la misma para que vea una nueva luz. (JPA)

 

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