Opinión 

El comentario de hoy, jueves 20 de abril

La era de la información, como le ha llamado el sociólogo español, Manuel Castells, ha transformado al mundo actual de manera espectacular. La irrupción de las redes sociales hace que en segundos se diluyan en el ciberesparcio, millones y millones de mensajes, incluyendo, audios, videos, música, etc. En su obra “Redes de indignación y esperanza”, el mismo Castells, reconoce la importancia de twitter, facebook, instagram y otras, en las luchas sociales a nivel mundial.

Pero las redes sociales han traído consigo riesgos. Han devenido instrumentos de presión, chantaje, información falsa, terrorismo, mecanismos de descrédito, arma política para abatir al adversario e incluso, un peligroso elemento para el bullying en escuelas elementales. El uso indiscriminado del facebook y las redes, como lo vimos en el caso del adolescente suicida en Monterrey, que baleó a su maestra y compañeros; o la banda de jóvenes en la Ciudad de México, dedicada a golpear sin razón a otros jóvenes de su edad, debe alertar a las autoridades.

En Oaxaca se estarían dando casos en escuelas públicas y privadas de intimidación, terrorismo y miedo, instrumentado por niños y adolescentes –manejados a veces por adultos- incluso de último año de primaria, a través del Facebook y teléfono celular. “Mándame tu foto, pero desnuda”; “si le cuentas a tus padres, te mato” o excluir a quien no cumple con dichas amenazas de los grupos afines en los mismos grupos escolares. Se trata de un bullying cibernético, que muchas veces pasa desapercibido entre maestros y directivos de los colegios.

Nuestras fuentes revelan una cantidad impresionante de mensajes que se diluyen en el anonimato, pero que tienen un emisor y un receptor. Las víctimas de estos actos de intimidación y chantaje, son a veces niñas que aún no terminan de discernir el peligro de estar en la red, ante malosos y perversos, que encuentran placer en estos actos deleznables, que las autoridades policiales no deben echar en saco roto.

En el Sistema de Seguridad Pública estatal debe operar un área dedicada a investigar delitos cibernéticos, no sólo para fines políticos o electorales, sino para evitar que alumnos de primaria o secundaria, utilicen las redes sociales como si fueran delincuentes potenciales. Es cierto, por el mismo rezago que existe en las escuelas públicas, coto de poder de la Sección 22, es posible que opositores por sistema a todo aquello que busque mejorar la calidad de la educación, haya una negativa tácita de maestros y dirigentes.

Pero no será lo mismo en colegios privados, en donde el fenómeno de intimidación, amenaza y terror se está dando con singular fuerza. Hay muchas formas de bullying y el cibernético es uno de ellos. Padres de familia, directivos, maestros y autoridades deben trabajar de la mano para extirpar este mal de nuestro tiempo. (JPA)

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