De paradojas y utopías 

¿Ajustes en el gabinete?

DE PARADOJAS Y UTOPÍAS

RAÚL NATHÁN PÉREZ

1).- Crítica, factor de equilibrio

La historia inmediata ha enseñado que gobernar Oaxaca no es una labor menor. Es un serio desafío. Exige dedicación, vocación de servicio y sacrificio. Ni experimentos ni buenos propósitos. La realidad de la pobreza, el rezago y el saqueo es lacerante. Ni dudas ni vacilaciones, pues. El razonamiento es simple: hay que entrarle por el frente. “La decisión necesita espíritu de señor” –dijo Luis XIV en sus Memorias-. “Lo importante no es ser, sino parecer”, sostuvo Rousset en Circe y el pavorreal. Nuestra compleja y escabrosa realidad no requiere de tanteos. Este régimen inició su gestión con un erario materialmente vaciado que, ciertamente, no justifica la falta de obras y otras acciones. La contingencia y la tragedia se han volcado sobre nuestra vapuleada entidad. Sin duda, figura también la inercia de vicios entreverados con el chantaje de las organizaciones sociales. Un magisterio beligerante e irresponsable. El control del transporte concesionado por parte de grupos cuasi criminales. Hechos desafortunados como el de Jamiltepec. Un proceso electoral totalmente desfavorable. Al menos cinco áreas sin titular definitivo. Y un 2017, año del arranque, con sequías, inundaciones y sismos, conforman entre otras, el telón de fondo de la realidad oaxaqueña actual.

2).- AMH: Poco le ayudan

Si bien es cierto que en el imaginario colectivo la administración de Alejandro Murat ha caminado en estos casi dos años de gestión, con más buenos propósitos que acciones concretas de gobierno, la cruda realidad local supera la ficción. Es evidente la soledad del ejecutivo. No son pocos los que advierten un ejercicio de gobierno pasivo. El abandono oficial a las regiones del estado, que no sustituyen las audiencias públicas. Asesores y funcionarios que no ayudan e ignorantes de nuestra historia política. Calificar la masacre de Santa María Ecatepec como “un hecho aislado” no fue muy afortunado. Tampoco lo es validar la seguridad pública, cuando la estadística criminal es inédita, preocupante y uno de sus responsables señalados de complicidad.

Hay en el equipo de gobierno autocomplacencia y superficialidad; valemadrismo y soslayo al proyecto del gobernador. Funcionarios que maquillan los resultados. Los compromisos se imponen sobre la falta de capacidad y eficiencia en la composición del equipo de gobierno. La agenda pendiente crece cada día. Ni obras relevantes ni programas sociales, mucho menos solidez en la gobernanza. El reto de este régimen –en un entorno político nacional y local complejo- es responder al bono democrático que le otorgó la ciudadanía.

3).- Gobierno de resultados, la divisa

En su periplo inicial, el régimen de Gabino Cué siempre se amparó en un argumento para justificar los errores y la novatez: la curva del aprendizaje. En su momento le reviramos: Oaxaca no era –ni es- un laboratorio de experimentos. Ni los oaxaqueños especímenes en quiénes experimentar. Tampoco un spa para el relax de amigos y cercanos. La gestión pública debe ser de resultados –así lo ofreció Murat Hinojosa en su campaña política- y de tiempo completo. Lo demás es simulación o gatopardismo. Uno de los graves problemas de la actual administración es, justamente, el nulo compromiso de algunos de sus colaboradores con la misma. Los hay que nos siguen viendo con el rabillo del ojo. Piensan que el poder público es eterno. Y hasta emiten comentarios dolosos de los oaxaqueños. En las áreas claves, el argumento de que no hay dinero, es justificante para dedicarse a la milonga o la banalidad. Otras, en donde sólo prevalece la inmediatez y la frivolidad, amén de algunos fantasmas como la SEDESOH o COPLADE. Urge pues un golpe de timón y el reforzamiento en el equipo de gobierno, con algunos más de los 40 invitados a la comida –o más bien cónclave- del pasado 14 de julio, al que convocó Mariana Nassar.

4).- Gobernanza y comunicación

Ocultar la realidad con información a modo, no ha sorprendido la buena fe de los oaxaqueños. Es más que evidente la deficiente política, que va en detrimento más que en fortalecimiento de la imagen institucional. Privilegiar la información sesgada tampoco ha cuajado en la concience colectif. Hay que recordar que según Edelman Trust Barometer 2018, ocho de cada diez mexicanos la ve como un arma para influir en la toma de decisiones. (Valor, Citibanamex, Núm. 51, junio-julio 2018, p.33). Las redes sociales son el vehículo perfecto para la difusión de información falsa. Manipular dicha información se ha vuelto común. Más cuando se quiere influir en la opinión pública.

 

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

 — Gravísimos señalamientos en materia de seguridad la semana pasada. “Algo huele a podrido en Dinamarca”, recuerda W. Shakespeare. Aún así el “delincuente” aludido quiere congraciarse, filtrando información de las espías telefónicas.

— Por cierto, ¿cuánto cobró el grupo musical “Los Ángeles Azules”, por el concierto de julio? No me digan que cero pesos.

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