Politica de suma cero 

AEI: Una limpia atropellada

POLÍTICA DE SUMA CERO

Los jaloneos al interior de la Fiscalía General del Estado, entre el titular, RUBÉN VASCONCELOS MÉNDEZ y el Coordinador de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), JOSÉ ANTONIO YGLESIAS ARREOLA, no son nada nuevo. Aunque no se ha percibido hacia fuera, existen pero se manejan con bajo perfil. Los golpes al primero en algunos medios evidencian desavenencias y roces. Se sabe que YGLESIAS ARREOLA cumple lo que el Fiscal General dispone, en torno a investigaciones de delitos u otros, pero que ello no represente vulnerar su coto de poder: las comandancias regionales, las jefaturas de grupo y otros.

Sin embargo, desde hace poco más de una semana VASCONCELOS MÉNDEZ le puso el cascabel al gato: hizo un relevo generalizado de comandancias en regiones y al interior de la propia Agencia, sin pedirle anuencia o de conformidad con el propio Coordinador. Y es que según ha trascendido VASCONCELOS MÉNDEZ ya no quiso diferir más los movimientos, ante la serie de denuncias que existen de connivencia y complicidad de algunos comandantes inamovibles, con la delincuencia. Está el caso de IGNACIO FELIPE RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, a) El Toto, quien se desempeñó como Comandante Regional en el Istmo.

Durante su estancia en dicha región se incrementó el tráfico de indocumentados, pues dicho servidor público –se rumora- ponía a sus elementos a resguardar el paso de camionetas o furgonetas cargadas de ilegales. Respecto a los huachicoleros, éstos tenían patente de corso para hacer su trabajo ilícito. Otro de los jefes policiales con estigma de corrupto es el llamado comandante LUCERO, que tenía a su cargo la plaza de Matías Romero, una de las cabeceras con más incidencia delictiva. LUCERO se aferró al cargo y se negó entregarle la comandancia a ESAÚ TRUJILLO GÓMEZ, designado por el Fiscal. Hay pues resistencia para dejar las plazas, ya consideradas jugosos negocios de los comandantes y flujo de efectivo para más arriba.

Como estos casos hay varios más. En la misma corporación se sabe de la venta de comandancias y jefaturas de grupo. En efecto, eso no es nada nuevo, siempre ha existido, salvo que ahora la inseguridad se han disparado y en ello mucho tiene que ver la complicidad de los jefes policiales con los mañosos. Se sabe por ejemplo, que quienes encabezan las bandas de roba-carros, son los mismos elementos y el jefe que tiene a su cargo el robo de vehículos. Ello nos recuerda a aquel Comandante de Aprehensiones, de apellido RASGADO, a quien sus cercanos conocieron como “El comandante Teletón”: vendía las órdenes de aprehensión y sólo se las ejecutaba a discapacitados o ancianos. (JPA)

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