De paradojas y utopías 

2020: Gobernabilidad bajo la lupa

DE PARADOJAS Y UTOPÍAS
RAÚL NATHÁN PÉREZ

1).- Freno para el desarrollo

Los oaxaqueños terminamos exhaustos 2019. No es una exageración. Duele, pero así es. Ningún gobierno puede cifrar el desarrollo de un estado o nación, en medio de la anarquía, la falta de respeto por la ley y el desafío a las instituciones. El sobado respeto a los derechos humanos y a la libre expresión, ha socavado el derecho de las mayorías. Vivimos acotados por maestros, sindicatos, organizaciones, grupos, membretes y hasta por manipuladores de comunidades. En plena temporada vacacional los bloqueos carreteros siguieron fustigando a turistas y viajeros. Vecinos de El Morro Mazatán, El Coyul y Santiago Astata, hicieron ver su suerte a quienes iban o venían de Huatulco. Cada pueblo esgrimiendo sus exigencias. Pero sabidos de que el chantaje es la fórmula mágica para la atención gubernamental. El bloqueo carretero o citadino es ya una institución, “para la sana conservación de las costumbres”, decía F. Savater.

2).- Derechos humanos vs Estado de Derecho

El eterno acertijo es: ¿hasta dónde termina el derecho de quienes protestan de esta forma tan burda y empieza el derecho de los demás? Se vulnera el derecho a la libre circulación de las mayorías, en pos del miedo para acotar minorías. La terrible confusión o mala interpretación entre aplicar la ley y la represión. Nada que ver una con otra. Siguiendo las “sabias enseñanzas” del Cártel 22, ante cualquier amago o manifestación de autoridad deviene el grito plañidero de “¡represión!”. Y de nueva cuenta el gobierno arría banderas. Los fantasmas del 14 de junio de 2006 luego del fallido desalojo o del 19 de junio de 2016, en Asunción Nochixtlán, aparecen en escena. Y de nueva cuenta el acartonado discurso del diálogo como pauta de gobierno. ¿O de miedo? En el fondo de todo, el atraso, el rezago y la pobreza recurrente, de alguna suerte son edificados sobre la estructura endeble de un Estado de Derecho ficticio.

3).- El temor al Sambenito de represor  

En ninguna parte de México, estoy convencido, existe tal desprecio por la ley y la sana convivencia social como en Oaxaca. La expresión de oaxaqueños que vinieron a pasar las fiestas de Navidad fue: “cada vez estamos peor”. Pasó la Noche de Rábanos y volvió la invasión del zócalo. Ambulantes y los supuestos desplazados triquis y de Xoxocotlán. En el Istmo, ora por supuestos conflictos post electorales, ora porque hubo viento fuerte y se quedaron sin energía eléctrica o porque el edil electo es huachicolero, es el pueblo inerme quien siempre paga los platos rotos. Diciembre fue un infierno para los capitalinos. Un día fueron los niveles del Cártel 22, otro por las organizaciones sociales que vinieron para largar la mano o los dirigentes, frustrados porque no había recibido “para el pavo”. La capital hecha un caos. Y lo peor: ninguna muestra de autoridad para garantizar la libre circulación. Lucha de competencias o de vanidades; abulia, torpeza o miedo para actuar.

4).- La libertad, es la trinchera

Desde cualquier trinchera combatiré los atentados en contra de la libertad de tránsito; la perversa transmutación de libre expresión y su disfraz, el chantaje. La ignorancia de la existencia de las dos éticas que nos legó Max Weber y que cualquier político de medio pelo debería conocer: la ética de la responsabilidad que compete a los gobernantes y la ética de la convicción, que se atribuye a los científicos. La falta de compromiso de los funcionarios o su desfase de la realidad oaxaqueña. Insisto: la propia naturaleza del Estado y su representante, el gobierno, es la fuerza. Ni la vacilación ni los temores a ser estigmatizado. Cada quien cumple en su tiempo, su momento histórico. Al final será el juicio implacable de la historia quien ubicará a cada quien en su lugar. Al menos los últimos en Oaxaca, no han salido bien librados.   

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— Al ubicarnos en el lugar 15º., con 408 ejecuciones en 2019, según el “Ejecutómetro” del diario Reforma, confirma que no somos, pero ni en sueños, una de las entidades más seguras del país. ¡Por favor señores responsables de la seguridad en Oaxaca! Ya dejen de estar sorprendiendo la buena fe del gobernador Alejandro Murat y de paso, la de los oaxaqueños.

— Al menos 222 bloqueos carreteros en el Istmo y 138 bloqueos, 79 marchas y 100 mitines, en la capital, durante 2019, confirma también que la gobernabilidad y la seguridad son serios desafíos para el gobierno. No son ficciones.

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